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Mangas Verdes

Tan cerca, tan lejos

Tan cerca, tan lejos Marruecos ha sido desde siempre para el canario el vecino invisible, nuestra frontera oceánica inmediata, un Estado limítrofe que despierta por igual atracción e inquietud, capaz de generar estrechas relaciones y distancias casi infranqueables. De ese exótico reino regido por la monarquía alauí nos separan, fundamentalmente, acervos históricos y culturales. Canarias ha vivido siempre de espaldas al continente africano y Marruecos no ha sido una excepción, a pesar del trasiego casi subliminal de personas, ideas y costumbres en ambas direcciones. Las relaciones entre el Archipiélago y el norte de Africa han estado siempre mediatizadas por las políticas ejercidas desde el Gobierno central y por la presunta ambición expansionista del país más pro occidental del Magreb. Al contrario de lo que ocurre con Sudamérica o con la propia Europa, el margen de acción de los canarios en sus relaciones bilaterales con Marruecos ha sido escaso, bien por la presión ejercida desde Madrid, bien por una percepción errónea de lo que podríamos denominar, relativizándolo en lo que concierne a una comunidad autónoma, la estrategia diplomática del Ejecutivo regional. Los resultados para Canarias han sido casi siempre catastróficos: pesca, tomate, pateras... quizá pronto lo sea el turismo también.

La manifiesta solidaridad del pueblo canario con la causa del Frente Polisario ha sido otro de los escollos en los que han varado los distintos intentos de reconducir las prácticamente inexistentes relaciones oficiales con la nación magrebí. A los canarios nos unía mucho más con la vieja colonia española y siempre se vio en un Sahara independiente el contrapeso ideal a los ya mentados supuestos afanes imperialistas, primero de Hassan II y ahora de Mohamed VI.

Sin embargo, el panorama ha cambiado de forma radical. Canarias lleva algunos años esforzándose en tender el puente que hasta entonces ni siquiera había considerado. Esa nueva estrategia comenzó a fraguarse en la anterior legislatura, con el viaje de Román Rodríguez el pasado año, y ha cristalizado ahora con la recepción oficial de Mohamed VI_a Adán Martín. El primero tuvo que hacer frente a la delicada situación generada tras la denominada crisis de Perejil, mientras que el actual presidente de Canarias llega avalado por la simpatía mutua que se profesan el PSOE_y el Gobierno marroquí.

¿Por qué este viraje en la tradicional actitud canaria hacia su vecino del Este? Una vez más, la respuesta la encontramos en factores de carácter económico. Dos, fundamentalmente: los empresarios canarios están hartos de ser el trasero en el que Marruecos golpea a España cada vez que se produce una crisis bilateral, con los considerables perjuicios para la renta insular que ya hemos relatado; y, por otro lado, la economía canaria precisa de una proyección hacia el continente africano que pasa necesariamente por el reino alauí. Es decir, el desarrollo económico del Archipiélago pasa indefectiblemente por Marruecos. O, al menos, eso, es lo que consideran Gobierno y amplios sectores de la patronal.

¿Debe Canarias renunciar a esas relaciones, hipotecar su futuro en base a la supuesta enemistad encubierta marroquí, a su pretendido afán expansionista, a su escaso desarrollo democrático, a las diferencias históricas y culturales que nos separan, al apoyo al Frente Polisario o a la estrategia permisiva con nuestra inmigración ilegal? El debate se presenta apasionante. Pero mi planteamiento es desde ya de no rotundo. La historia, que es tan testaruda, demuestra que ningunear o despreciar a Marruecos ha servido de bien poco. Canarias debe estrechar lazos con su vecino, no sólo por lo beneficios que dicen puede reportarnos, sino porque sólo desde el conocimiento, el entendimiento y el diálogo se puede ayudar a superar también todos esos males que tanto les achacamos.

Artículo publicado en El Mundo/La Gaceta de Canarias
miércoles 19 de mayo de 2004

5 comentarios

mmeida -

Estimado Elmami, estoy al cien por cien con la primera parte de su argumentación. De hecho, mi artículo va en esa dirección, es decir que Canarias debe estrechar sus lazos con Marruecos y que eso no debe implicar en absoluto olvidar el problema del Sahara. Igualmente comparto su criterio en lo que esas relaciones no debe circunscribirse sólo a Marruecos, sino ampliarse al resto de países vecinos del Magreb y África subsahariana. En cuanto al resto, es una opinión que respeto, pero que entra de lleno en el terreno de la subjetividad. En ese sentido, soy partidario de agotar siempre las vías diplomáticas y de tender lazos de amistad hasta donde, efectivamente, sea útil para los intereses de Canarias.
Un saludo.

Elmami Brahim -

un poco nada más.

Al leer su articulo, me parecio ser parte de los comentarios de moda, que estos dias provocó la visita de Martin a marruecos y como saharaui no creo que canarias debe descuidar sus relaciones con marruecos, pero que no se pretenda que esas relaciones no tengan en cuenta que el sahara es un asunto importante y es cierto que dificil, que canarias debe tener en cuenta para garantizar sus intereses en toda la zona y no simplificar los mismos a marruecos, porque no sería garantia para nada en el futuro y conociendo a marruecos como lo conocemos los saharuis, si asi se ha mostrado de satisfecho y alegro con el nuevo impulso de sus relaciones con canarias, es porque algun silencio, alguna renuncia ha tenido por parte de los canarios que le han visitado y ojo con lo que se esconde, porque al majzan es mejor enfadarle de entrada que retardar su ira, porque seguro saltara en algun momento más adelante, solo es cuestion de tiempo y el dia que m6 se despierte con algun sueño, en el que se mezcle canarias y el sahara de la forma en que no le guste, pondrá por medio otra cara y dirá que no era eso lo que esperaba.

Parece que para marruecos canarias ha pasado la prueba y despues de tanto tiempo descarriada, por fin entra a razon, la razon majzanian y nada más, porque esa es la que cuanta.

mmeida -

Queridos amigos, a la espera del artículo, que seguro incidirá en la línea de argumentacióin rigurosa que siempre he encontrado en ellos, quizás podríamos centrar el debate en lo que consideran 'complicidad'. A día de hoy, no tengo constancia de que el Gobierno de Canarias haya aplaudido, secundado o consentido genocidio alguno. ¿Fue cómplice el Polisario de la invasión de Irak, dadas sus buenas relaciones con Aznar?, creo que no.

Ricardo Aguasca, Sergio Ramirez -

Estimado Amigo Manolo este articulo merece una constestación con otro mas amplio, que por espacio no se puede incluir aqui. Vaya sin embargo por delante nuestra opinion de que los supuestos acuerdos comerciales dudamos mucho que beneficien a los canarios, mas bien habria que decir que seguro que algunos nada mas, y que vecinos si, pero complices de genicidio, nunca.
Un saludo, aceptamos tus argumentos y hemos decidido participar en el debate.

Anónimo -